La paciencia una virtud para poner en practica con los niños

marzo 28, 2024
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La paciencia es una actitud y capacidad de tolerar o soportar con entereza y sin lamentaciones algún suceso, dificultad o contratiempo. ¿Pero, somos pacientes con nuestros niños (as)? Si sientes que te hace falta tener calma, puedes aprender y practicarla.

No todos tenemos paciencia hacia personas o situaciones que se presentan en la vida diaria. Sin embargo, ser paciente es una virtud, en especial cuando estamos rodeados de los niños (as) como los maestros, o tenemos hijos.

Independientemente de la personalidad que tenga cada quien, incluso de su preparación, ser paciente, controlado, saber manejar ciertos momentos sin alterarse puede ser muy difícil, más aún, si aquello que se presenta sucede en los momentos más inoportunos como estar apurados, cansados o hayamos tenido un mal día en el trabajo.

Y aunque algunos tienen esta cualidad innata, otros debemos aprenderla y practicarla. Como todo en la vida cuando se quiere conocer sobre algo y mejorar debe hacerse con constancia, es decir, mientras más se practica la paciencia, mejor será. Ahora bien, ¿Cómo cultivamos en nosotros mismos y en nuestros niños la paciencia?

La paciencia una virtud que requiere de practica

Bien dice un refrán que “la práctica hace al maestro” y no es mentira. En ocasiones creemos que no tenemos ese estoicismo, incluso esa fortaleza para controlar nuestras emociones o conducta. Esa calma ante situaciones que nos perturban o que quizás escapan de nuestras manos, pero la paciencia no solo depende estrictamente de la persona, sino también del tiempo. Para ser paciente hay que darle tiempo.

Ser paciente hacia los niños o los hijos requiere de dedicación, amor y calma. Aunque no siempre se tengan ganas o tiempo para aplicar la paciencia. Como ya hemos dicho, si queremos ser buenos en algo que nos gusta como un deporte o mejorar nuestras habilidades en matemáticas o la lectura, hay que practicar. De igual manera las habilidades interiores de nuestra personalidad lo requieren.

Paciencia - aprender y practicar - Lugarve

Para saber si somos bondadosos debemos practicar la bondad, conocernos un poco más cada día nos indica que cualidades tenemos para mejorarla constantemente. Ser sensible, amable o empáticos antes los sentimientos de otros aunque creamos que no, hay que practicarlo. Igual pasa con la paciencia. A continuación, les decimos a los padres, representantes, tutores y maestros que se debe tener en cuenta para sembrar esta bonita y necesaria actitud tanto en nosotros como en los niños (as):

La paciencia hacia uno mismo

Es como todo, ¿si no nos queremos a nosotros mismos cómo pretendes que te quieran?, todo debe empezar por ti. Algo que suele alterar esta premisa, es que tenemos expectativas muy altas, ponemos una vara demasiado elevada, creyendo que podemos cumplir y alcanzar un listado enorme de objetivos y cosas que no siempre están al alcance o que logramos. Ya sea por falta de tiempo, dinero o requieren de otros factores que no controlamos.

En este caso debemos tener en cuenta que somos seres humanos y aunque la inteligencia artificial y la robótica están a la orden del día, nosotros no somos de hierro. Incluso, aquellos que son pacientes se cansan, molestan o se le pueden alterar los nervios.

La recomendación:

Revisa ese listado de cosas, pospone o elimina aquellos puntos que quizás te lleven más tiempo y lo dejas para otro momento. Elabora una nueva lista con objetivos más claros y definidos, fáciles y rápidos de hacer. Es probable que esto te ahorre tiempo para dedicarle a los que sean más difíciles de cumplir o incluso tomes ese período para aprovecharlo en descansar y eso no está mal. Recuerda se debe aprender que no hay que sentirse decepcionado si no cumplimos todo de una vez.

Cuenta hasta 10

Parece que no es importante, se lee y se piensa que es hasta tonto. Pero no, si funciona, sobre todo con los niños. ¿Quién no ha presenciado una pataleta o rabieta, sollozos y actitudes de malcriadez incontrolable? Algo que a cualquiera puede llegar a desesperar. Si te encuentras en situaciones como esas o de otra índole, en el que sientes que estás al borde de perder el control o que se alteren tus nervios, entonces, es allí que debes salir y contar hasta diez.

La recomendación:

El ejercicio es este. Comienza a contar, respira o inhala profundamente y exhala despacio. Si sientes que aún no te calmas y si debes repetirlo, hazlo. Este ejercicio nos ayuda a controlar la frustración y el enojo. Además, nos permite no solo manejar lo que sucede internamente, sino evaluar toda la situación desde un espacio más calmado. Si aún piensas que no puedes enfrentar lo que pasa, tómate un tiempo más a solas, hasta que pase.

La perfección no existe

Nadie es perfecto. Todos absolutamente todos fallamos, cometemos errores y si no es así ¿Cómo aprendemos? ¿Cómo saber si lo estamos haciendo bien? Y esto también hay que enseñárselos a los niños. Decirles que está bien equivocarse y no hay nada de qué avergonzarse, aclarando por supuesto, la gravedad del error cometido.

Muchos padres piensan que son sus hijos, y ciertamente lo son, pero no les pertenecen. Es decir, no pueden hacer con ellos los que les venga en gana, no. “Las personas en pequeño” o sea los niños nacen sabiendo nada, qué hacer y que no y tampoco son capaces de aprenderlo de inmediato. Lo que se les enseña les lleva tiempo para asimilarlo.

Y así como la paciencia requiere de práctica, las enseñanzas llevan tiempo y también necesitan de obtener la habilidad de lo aprendido. Incluso se les suele explicar no una, ni dos, sino tres y hasta más cómo hacerlo correctamente.

La recomendación:

Debemos concentrarnos y reenfocarnos qué y cómo le estamos enseñando. Analiza si le estás exigiendo más de lo debido o de lo que son capaces de hacer (recuerda la edad en los niños es importante “nos indica su madurez”). O también no le estamos dando el tiempo que requieren no solo en apréndelo sino en hacerlo bien.

Identifica tus debilidades

Saber identificar los puntos débiles es necesario y eso es una constante en nuestra vida. Cada día se nos presentan situaciones que nos hace visualizar aquello en las que somos más fuerte o más débiles para enfrentarlas.

La recomendación:

Sabemos que hay cosas que nos gusta hacer y otras no tanto. Estas últimas requieren de enfrentarlas con “buena actitud”. Por lo que, si te ves que pierdes constantemente la paciencia, analiza cuántas veces te sucede y por qué.

Observa si hay algún patrón en tu comportamiento durante el día que motiva a que eso pase y trata de cambiarlo. Si te molesta la tardanza para ir al baño, o comer o recoger sus juguetes, detente un momento y piensa que estás formando hijos para enfrentar la vida.

Dale tiempo y más si es muy pequeño. Por ejemplo, si te alteras a la hora en que debes dormirlo, bañarlo, aprenda a amarrarse los zapatos o que haga las tareas, prepárate para ese momento. Busca aplicar una nueva estrategia o acción en la que se te haga más fácil.

La paciencia - Practicar ser paciente - Lugarve

Muestra que eres un ejemplo a seguir

Debemos tener siempre en cuenta que los niños (as) nos imitan en todo. Copian nuestro comportamiento, ellos nos miran como un espejo, se ven reflejados en nosotros. Es en este punto, que hay que cuidar lo que hablamos y cómo lo decimos. La conducta que tenemos hacia ellos y hacia los demás, en especial, cuando están presentes y observan nuestra forma de reaccionar ante cualquier cosa que nos pase.

La recomendación:

Aunque estemos cansados, enfadados o necesitamos unos minutos a solas. Recuerda siempre detenerte la próxima vez que te encuentres a punto de perder la paciencia, evita reaccionar con rabia o incluso mostrar una mala actitud como gritos. Ese comportamiento es precisamente lo que no queremos que imiten.

Ríete y diviértete más

Reírse es una buena manera de reaccionar ante ciertas situaciones, sabemos que no en todas. Pero, si hay momentos como en la comida, cuando los niños (sobre todo los más pequeños) pueden jugar o botarla, hay que mantenerse en calma, saber que están aprendiendo a comer solitos.

La recomendación:

Haz alguna gracia o comentario, ríete, así sea para relajar el momento.

Piensa, razona y luego habla

Al mostrar la impaciencia y retomando el punto sobre seguir el ejemplo, podemos transmitirles a los niños más ansiedad, que de igual forma se incrementa tanto en ellos como en nosotros. En este sentido, hay que tomarse el tiempo para pensar y razonar antes de hablar. Y para eso, hay que serenarse, darse un espacio para tomar aire (y recuerda también contar hasta el 10).

La recomendación:

Ya sean junto a tus hijos o alumnos, siéntate, diles con calma lo que sientes. Pero antes, razona con ellos y luego expresa con alguna idea o ejemplo para que entiendan lo sucedido. Por lo general suele funcionar, al expresar tu sentir. También, es una acción que sirve como ejemplo para que los niños aprendan lo que ellos sienten cuando son lo que hacen rabietas y pataletas.

La paciencia una práctica a diario

Como ya hemos señalado mantenerse en control y sereno no es nada fácil, además, requiere de un entrenamiento mental a diario. Saber aceptarnos y aceptar a los demás y lo que sucede alrededor es esencial para aprender sobre la serenidad. Asimismo, es una manera de mostrarles a los niños (as) como se debe reaccionar si se llega a perder la paciencia.

La recomendación:

Se debe tener en cuenta que el trato que le damos a los niños no deben ser como si fuesen adultos. Es importante prepararlos para que sientan afecto, empatía o sean solidarios hacia otros y hacia ellos mismos.

Los valores como la colaboración, el compromiso, sensibilidad, lealtad, responsabilidad, honestidad o el respeto son habilidades interiores que se deben impartir con el ejemplo. Tener presente que no solo motivan a comportarnos de cierta forma con quienes nos rodean. Determinan nuestros sentimientos e intereses, por lo que tener paciencia y aprender a mostrarla no solo forma parte del comportamiento sino de nuestro sistema de creencias.

Actividades para la resiliencia, es parte de ser paciente

Existen algunas acciones o actividades que los niños pueden hacer para que aprendan y vayan desarrollando la paciencia, y que forma parte de la enseñanza sobre la resiliencia como:

  • Dibujar y pintar (ejemplo mandalas).
  • Aprender y hacer figuras de origami o papiroflexia.
  • Bailar, hacer algún deporte, practicar canto o instrumento musical.
  • Practicar artes marciales.
  • Hacer actividades artísticas, manuales o artesanías como pintar, hacer figuras de arcilla, cerámica o plastilina o masa flexible, etc.
La paciencia - actividades para aprender a ser paciente - Lugarve
Lugarve

Nuestra metodología está basada en la teoría de las inteligencias múltiples. Para nosotros es importante guiar a los niños a desarrollar vocacionalmente sus habilidades, enfocándonos en potenciar la paciencia y otros valores de la personalidad interior, al motivar y estimular el área intrapersonal.

La paciencia es una característica que genera líderes espirituales y motivadores con la capacidad de colaborar e interactuar estableciendo relaciones afectivas significativas, y que además generan una respuesta positiva por parte de otros. Y es en la paciencia que se encuentra una mejor conexión consigo mismo y mostrar el autocontrol.

Estas son las personas que logran inspirar empatía, autorregulación emocional y grandes reflexiones filosóficas, esos son precisamente los líderes que queremos y estamos formando.

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