¿Cómo ayudar a los niños especialmente en situaciones difíciles?

Todos podemos vivir situaciones difíciles y no importa a lo que nos enfrentamos: cambios inesperados, eventos traumáticos, crisis económica, problemas de salud, pérdida de un ser querido o emergencias, suceden todos los días. Pero ¿Cómo ayudar a los niños a superar momentos complicados? Aquí te lo explicamos

Situaciones difíciles se presentarán siempre y las tendremos que enfrentar a lo largo de la vida. Como adultos la mayoría las podemos afrontar y gestionar, pero aun independientemente que nos esté pasando, a nuestros niños debemos acompañarlos en el proceso de superación.

La vida presenta no solo situaciones felices sino también adversas y muchas de estas últimas escapan de nuestro control. Por ello, es importante ayudar a los niños y niñas a ser resilientes e inteligentes emocionales para manejarse en tiempos difíciles.

La única forma que puedan controlar el miedo y superar la circunstancia de una manera saludable, es mediante el apoyo, la seguridad y el consuelo. Como padres siempre tendremos ciertas dudas de cómo hay que actuar.

No obstante existen consejos sencillos que se pueden seguir, propuestos por especialistas en distintas áreas, entre ellos, médicos pediatras, maestros, psicólogos, psiquiatras, expertos en familia, entre otros.

Según las situaciones que se susciten deben ser manejadas de distintas formas. No es igual una crisis económica, que la pérdida de una mascota, la adaptación en el colegio o un evento que puedo haber causado estrés postraumático.

Preguntas tales como ¿qué señales pueden manifestar el trauma que viven los niños? ¿Qué ayuda pueden prestarle los maestros antes las circunstancias? Son algunas a las que les daremos respuestas.

Consejos generales | ¿Cómo manejar la inteligencia emocional en situaciones difíciles?

En caso de situaciones difíciles se pueden seguir ciertos consejos generales o muy específicos según las circunstancias que el niño (a) está viviendo. Importante tener en cuenta la validación de lo que sienten. Hay que recordar que las pautas tienen que estar adecuadas a su edad, seguir las recomendaciones de los especialistas y saber que los más pequeños deben ser guidados para que puedan entender lo que sucede.

En cambio, los niños más grandes o adolescentes si bien requieren de apoyo, están más capacitados para tomar sus propias decisiones o tal vez solo desean que lo comprendan, acepten y escuchen. ¿Qué hacer para crearles una inteligencia emocional más fuerte?

Conversar de sentimientos y emociones

Normalizar lo que se siente, sus experiencias y expresarlo, les hace validar cada emoción. Les ayuda a identificar que aquello que están sintiendo no es malo, además aprenderán a controlar conflictos y sentimientos.

Ser receptivo y contarle lo que sucede les hará saber que no deben estar ni avergonzados ni que se encuentran solos en el proceso y que otras personas como ellos pueden tener emociones parecidas en determinados momentos.

Mostrar estabilidad a través del contacto

Fundamental que ante situaciones difíciles se les enseñe que también siguen pasando cosas buenas o positivas. Darles a entender que hay otras circunstancias que no han cambiado como la rutina escolar o que familia, amigos y maestros están a su lado.

Ahora bien (a menos que el niño (a) sienta incomodidad ante un abrazo o palmada en la mano) el contacto físico favorece más que cualquier palabra. Un abrazo representa y da la sensación de seguridad y bienestar, baja la presión y puede ser la preparación inicial para que el niño o niña exprese su preocupación.

Evitar que sientan culpa

Es tranquilizador saber y entender que lo que sucede no es su culpa. Hay que decirles que esos cambios o sentimientos no son por su causa, explicarles que las decisiones tomadas o las circunstancias que se presentan no son hacia ellos o que no tuvieron nada que ver con lo sucedido.

Enfocarse en lo positivo

Cuando los imprevistos aparecen crean emociones que dan la sensación de descontrol o pérdida. En este punto, hay que mostrarle que en otras cosas si hay control. Centrarse en los éxitos por ejemplo, una buena calificación, amigos nuevos, placeres recientes como aprender un deporte que le gusta o ganar una competencia. Enseñarles que además de los cambios difíciles existen aspectos positivos en sus vidas.

Sentir esperanza en el futuro

Un aspecto importante es decirles que los momentos difíciles pasarán. Guiarlos dentro del nuevo proceso les traerá esperanza y satisfacción. Hacerles entender que las cosas mejorarán. También es esencial que se les explique de una forma alentadora que algunas cosas pueden llevar tiempo solucionarse. Que no todo dura para siempre y que podemos controlar situaciones desafiantes al manejarlas de una forma más positiva.

Tomar tiempo para preocuparse

Hay que darles a los niños un espacio o tiempo para que expresen sus angustias. Por ejemplo, 15 o 20 minutos para hablar, también es necesario hacerles saber que superado ese tiempo, con paciencia y cariño indicarles que ya no deben preocuparse más y que todo lo dejen en las manos de los adultos.

Ofrecer herramientas para crear cambios

Si le preguntas que es lo que le importa, seguramente podrás mostrarles ciertas perspectivas de sus emociones. A la larga podrán enfrentar otros retos y cambios que con seguridad se volverán a presentar. Esto les hará ser capaces de salir adelante al conectarse con su energía y resiliencia. Estas son herramientas emocionales que podrán ayudarlos a pensar en cómo enfrentar las situaciones, ya sean familiares o escolares por ejemplo.

¿En caso de traumas qué señales pueden manifestar los niños?

Los momentos de crisis suele crear temores y en los niños pasa igual, en especial cuando no conocen toda la información de lo que sucede o por no entender lo que está pasando. Ante esto, los eventos traumáticos pueden generar sentimientos de miedo, ansiedad, preocupación o mucha tristeza.

Debemos recordar que en algunos casos se podrán apoyar, pero en otros, tanto usted como los hijos (as) necesitarán ayuda. Aunque sabemos que los niños y niñas reaccionan de distinta manera ante cualquier situación irregular.

Por ello, hay que tratar de conocer cómo se sienten, qué saben, cómo interpretan lo sucedido y qué necesita de sus padres o adultos de su entorno, según su edad, algunos no son conscientes plenamente de lo que pasa.

En el caso de los niños muy pequeños no es suficiente hacerles preguntas de lo que sienten y entienden, para que expresen sus emociones. Suelen necesitar que les ayuden a buscar palabras para decir que piensan, o hacerlo con algo tan simple como compartir un momento de ocio o juegos para que encuentren la forma de manifestar sus sentimientos. Según su edad pueden expresar sus emociones:

0 a 2 años

Si bien están muy pequeños aún, perciben y reaccionan a lo que sucede. Al mantenerse usted calmado (a) el bebé se sentirá seguro. En caso de sentirse inquieto, ansioso o retraído, las sugerencias son:

• Aun cuando se encuentra preocupado, háblele con voz suave al bebé.
• Mantenga las necesidades de su bebé, busque ayuda de cuidadores, familiares o amigos, esto les estimula a desarrollar un apego sano y fuerte.
• Siga amamantando. Aunque sienta estrés o conmoción, es falso que no podrá amamantar. Amamante al bebé, así seguirán conectados y lo mantendrá sano.
• Cuídese también. Descanse, tome agua y coma sano.
• Este en contacto con el bebé. Mírelo a los ojos, acarícielo, sonríale, háblele. Esto lo mantiene calmado y equilibrará sus emociones.

De 2 a 7 años

Ya ha avanzado en su desarrollo, pero igual requieren cuidados de sus padres. Muéstrese confiado, calmado y seguro. En este punto el niño puede sentirse:

• Irritado o presentar rabietas repentinas.
• Habla constantemente de la circunstancia difícil, incluso puede jugar a lo que está pasando.
• Está muy sensible, al borde de las lágrimas o llora constantemente.
• Comienza a sentir miedo a la soledad, a la oscuridad o dice que ve cosas raras o como monstruos.
• Son sensibles a sonidos fuertes como gritos, truenos, vientos, golpes, entre otros.
• Puede presentar alteración del sueño, alimentación o fallas en el control de esfínteres.
• Piensa que es posible que las situaciones pueden revertirse.
• Tiene dificultad para separarse de cuidadores o apego excesivo hacía ellos.
• Tiene comportamientos que de acuerdo con su edad estaban superados como: chuparse el dedo, hablar como un bebé, orinarse en la cama.

¿Qué se debe hacer para que se recupere saludablemente en situaciones difíciles?

Momentos tristes las hay en todas las familias, por ejemplo pérdida de una mascota, un abuelo o amigo. En este sentido, estimúlele para que converse acerca de sus sentimientos y los comparta.

Es probable que pregunte constantemente. Muéstrese preparado para hablar de ello en todo momento. Los niños suelen ir aceptando la información paulatinamente y con seguridad le surgirán preguntas de forma repentina. No obstante, las recomendaciones para que los niños se sientan tranquilos y puedan recuperarse de manera saludable, luego del evento:

Hágalo sentir que esta salvo

Reconfórtelo, lo principal es hacerle sentir seguridad. Muéstrele y exprésele sentimientos como abrazarlo, cargarlo, consentirlo, acurrucarlo. Dígale que siempre lo cuidará y amará, pase lo que pase.

Tenga calma

Evite hablar o demostrar miedo ante ellos y trate de mantener una voz calmada. Los niños tienden a darse cuenta de la ansiedad de forma rápida.

Siga las rutinas diarias

Continúe con los horarios y actividades regulares, mismas reglas familiares, escolares, comunitarias, etc.

Haga que se divierta

El ánimo y el entretenimiento les ayudan a despejarse de preocupaciones, además les ofrece espacios de normalidad.

Dele información de lo que sucede

Le dará cierta estabilidad cuando la información se la da un adulto confiable y dentro de un entorno seguro. Explíquele brevemente y evite extenderse más de lo necesario, sea claro, preciso, honesto y permita que le pregunte. No suponga que los niños y niñas les preocupan lo mismo que a los adultos. Busque el momento oportuno para hablar y tratar sobre el tema.

Las noticias sobre lo que pasa (si es algo público) en ocasiones pueden ser información perturbadora. Así que evite exponerlos, si los niños piensan que lo que está pasando es temporal se recuperarán más rápido.

Sea consciente que los niños afrontan las situaciones difíciles de manera distinta. Importante que le diga que es normal sentir diferentes emociones. Debe aclararle que en ocasiones se puede estar triste, pero no por ello hay que llorar.

Escúchelo con atención

Manifiéstele que en cualquier momento o lugar pueden expresar sus emociones.

Ayúdelo a relajarse

Especialmente con ejercicios de respiración, al hacerlo de manera profunda podrá calmarse, guíelo para que lo haga. Juntos podrán inhalar y exhalar lento.

Reconozca sus sentimientos

Si llegará a manifestar sus sentimientos, no le diga “no te preocupes”, esto tal vez haga que se sienta excluido o criticado. Escuche lo que tiene que decir y dígale que entiende su sentir.

Responda “No sé” si es necesario

No siempre se tienen todas las respuestas. Los niños lo que buscan es una persona confiable, que les escuche y los acepte, estar allí para ellos. No piense que debe decir exactamente todo, puesto que en ocasiones no se manejan todas las respuestas.

Evite darle más responsabilidad

Evite darles tareas demás o responsabilidades de la que puede manejar o de adultos, esto hará que se estrese e inquiete sobremanera. Al contrario, baje las expectativas de lo que espera de él, ya sea sobre la escuela o el hogar. Aunque es bueno que ayude con los quehaceres como recoger sus juguetes o doblar su ropa.

Si es un niño con “necesidades especiales”

Probablemente requiera mayor guía y ayuda. Por ejemplo, simplifica el vocabulario o utiliza material visual u otras formas para comunicarse.

Atenta (o) a señales de traumas

Tenga en cuenta que luego del evento pudiese sentirse bien, pero posteriormente podría experimentar síndrome postraumático, ya sea por un accidente o muerte de alguien cercano, cambio de hogar, escuela, entro otros.

Pida ayuda cuando sea necesario

Hay problemas que pueden durar cierto tiempo. Por ello, no espere a que las situaciones difíciles se compliquen aún más. Busque ayuda ya sea con un especialista o médico de familia, salud mental o maestros en caso de que no se reduzcan los problemas, escuchen voces, tenga ataques de pánico o quiera hacerse daño.

Converse con ellos a su nivel

Por ejemplo, explicarle de manera sencilla para que entiendan la muerte de su mascota o por qué su amigo ya no estará en la escuela con él.

Cuídese

Usted es la columna de su familia y para sus hijos es la única persona que podría ayudarlos en todo momento. Por esto, manténgase sano, coma bien, hidrátese, duerma suficiente y manténgase activo (a), busque algún grupo de apoyo o ayuda profesional.

Reduzca el estrés o hable con familiares, amigos o algún líder religioso o de su comunidad. Al reconocer que necesita apoyo puede buscarlo y mantenerlo, recuerde que es por el bien de sus hijos.

¿Cómo deben ayudar los maestros en situaciones difíciles?

Las rutinas son importantes. Al regresar a la escuela, tal vez no tiene que ser al 100 %, pero podría enviar tareas y actividades sencillas para la casa y el aula. Esto les ayudará a controlar otros aspectos escolares.

Estar atento para ofrecerles ayuda adicional. Por ejemplo, señalar que tipos de ayudas existen, cuáles ha recibido o que puede ofrecer.

En ocasiones si alguien se fue o murió es una buena idea hacerles un breve homenaje y recordarlos. Lo mejor es hacerlo según su edad (los niños muy pequeños, es posible que no lo entiendan). Importante que algún adulto conocido (familiar, amigo o cuidador) sea su acompañante durante el acto.

Confírmeles siempre que los maestros y el personal de seguridad escolar, están siempre para mantenerlos a salvo.

Los maestros siempre deben mantener comunicación con los padres. Esencial tenerlos informados sobre programas y actividades escolares. Igualmente, animarlos a limitar la información de lo sucedido a los niños.

En Lugarve

Prestamos una atención adecuada a nuestros niños que son parte de la institución. Basado en la inteligencia emocional Lugarve la asume dentro de su programa educativo, aplicando metodologías donde los niños y niñas puedan expresar sus emociones y sentirse en absoluta confianza con sus maestros.